Discurso de asunción del Decano de Derecho, Pablo Ruiz Tagle

Es un gran honor participar en esta ceremonia que marca el inicio de un segundo periodo del Decano Pablo Ruiz Tagle frente a la Facultad de Derecho. Asistimos a este acto con agradecimiento profundo por la labor realizada, por su disposición a continuar con esta responsabilidad, y también a expresar nuestro compromiso de trabajar junto a usted, decano, su equipo y toda la comunidad por el desarrollo de la Facultad y de cada uno y cada una de sus integrantes. 

Han sido tiempos difíciles. Lo hemos dicho todos muchas veces, y no debemos cansarnos de agradecer y de reconocer los esfuerzos desplegados, sin tampoco olvidar el dolor, las dificultades y cómo fuimos capaces de superarlo.

He tenido el privilegio de conocer de cerca los logros de la Facultad en estos años desde la Vicerrectoría de Asuntos Académicos, pero la verdad es que cuando se trata de la Facultad de Derecho, no es necesario estar institucionalmente próximo para conocer sus avances, ya que sus bordes son especialmente permeables al país y su quehacer incide permanentemente en los distintos ámbitos del acontecer nacional.

En estos tiempos desafiantes, no solo para nuestro país sino para la humanidad, todas las universidades nos encontramos llamadas a revisar nuestro quehacer críticamente y a asumir nuevas responsabilidades. Entre estas, se encuentra la de cruzar los límites de nuestras respectivas disciplinas para entablar diálogos más amplios y diversos.  

Por ello, celebramos muy especialmente el aporte sustantivo que hace la Facultad de Derecho al trabajo interdisciplinar y que se expresa en sus centros, así como en el trabajo colaborativo que sus académicas, académicos y estudiantes realizan con pares de otras Facultades.

Entendiendo que dejaré fuera importantes contribuciones, menciono al pionero Centro de Estudios en Derecho Informático que continúa acompañado reflexivamente la evolución de las tecnologías y que hoy se enfoca hacia la transformación digital para el Derecho, así como en las convergencias de las tecnologías de la información y las biotecnologías. Igualmente, el Centro de Derecho Ambiental, que se ha posicionado como uno de los principales espacios de reflexión en la materia, participando activamente de la investigación y la propuesta de políticas públicas, así como en la formación de pregrado y postgrado. Destaco la importante contribución que realizan sus académicas y académicos a través de la cooperación con el Centro de Ciencia del Clima y Resiliencia (CR)2. Esperamos que pronto podamos contar con un programa de doctorado en este tema.   

Otro compromiso fundamental de la Universidad de Chile es con la equidad y la inclusión, como lo exige la concepción de la educación superior como un derecho. Esto requiere de esfuerzos institucionales permanentes, junto con la revisión continua y autocrítica de nuestras prácticas. 

Hoy destacamos y agradecemos especialmente el apoyo de la Facultad en este esfuerzo. La participación de la Facultad de Derecho en los programas de acceso de equidad es muy notable. Con 64 estudiantes ingresados en 2022 a través del Sistema de Ingreso de Equidad Educativa (SIPEE),  es la Facultad con el más alto número de estudiantes en este programa, que tan bien representa nuestras responsabilidades como Universidad pública. Es una señal para la Universidad de Chile, es una señal para otras universidades y es una señal para el país. 

Y en este contexto agradecemos al Instituto de Argumentación, que tan central ha sido para orientar el camino hacia una Universidad más diversa y equitativa. Tengo al respecto un agradecimiento personal, no solo por la riqueza y consistencia conceptual de sus desarrollos, sino también por mostrarnos en los hechos que todos importan, desde los jóvenes inmigrantes de un liceo vespertino hasta los más privilegiados respecto al entorno donde se educaron, llegando a cada uno con la misma voluntad de aportar a su formación y de aprender de sus particulares identidades y necesidades. Ha sido un trabajo muchas veces silencioso, pero que ha nutrido de manera significativa procesos trascendentes en nuestra universidad.

Abordar la equidad y la inclusión en toda su integralidad sigue requiriendo de profundos cambios en múltiples niveles, que abarcan desde la pedagogía inclusiva hasta la modernización de nuestra infraestructura, y que incluyen la igualdad de género, la preocupación por el desarrollo académico y las buenas prácticas laborales. Agradecemos a cada uno de los académicos, académicas profesionales, y funcionarios que se han comprometido en el trabajo por una Universidad y un país más justo: al centro de Derechos Humanos, a la recientemente creada Oficina de Género de la Facultad de Derecho, y también a las y los estudiantes que nos han reclamado mayor consistencia en distintos momentos.

Reconocemos, asimismo, lo avanzado en el proceso de innovación de la enseñanza–aprendizaje en marcha. Celebramos que se haya logrado aprobar una nueva malla curricular, que fomente el desarrollo profesional e integral, y que se aborden nuevas temáticas en el ámbito del derecho ambiental, los Derechos Humanos y la tan esperada reforma del Examen de Licenciatura.

Queremos reiterar que estamos comprometidos con impulsar procesos innovadores en el ejercicio de la docencia, para poner al servicio de nuestros y nuestras estudiantes todas las capacidades de la Universidad y así prepararlos para distintos futuros posibles. Hemos recibido con esperanza el llamado de la Unesco a “Reimaginar nuestros futuros y a concurrir a un nuevo contrato social para la educación”, ofreciendo un espacio de reflexión sobre las pedagogías cooperativas y solidarias.  Responderemos activamente desde la Universidad de Chile a ese llamado.

Por último, es necesario valorar y agradecer el trabajo realizado por la Facultad en relación al proceso constituyente, con sus saberes, su pluralismo, su honestidad intelectual y su permanente disposición a aportar a nuestra sociedad, lo que se ha expresado en distintos foros nacionales y en las muchas actividades de extensión que han realizado sus departamentos. También el aporte de sus egresados y académicos como constituyentes.   

Con seguridad la Facultad seguirá enfrentando nuevos retos con genuina vocación de excelencia en los próximos años de la mano de sus autoridades, de sus académicos y académicas, estudiantes y funcionarios y funcionarias. Algunos los visualizamos, otros posiblemente nos sorprenderán. 

Estaremos aquí, Decano, apoyando su gestión. Gracias una vez más.

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