Durante el mes de agosto, la Universidad de Chile fue sede de dos ediciones del taller “Sacar la Voz: Corporalidades y Voz para Científicas”. La primera se realizó el miércoles 7 de agosto en la Facultad de Ciencias, y la segunda el lunes 26 en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas. Estas instancias, organizadas por el eje de Ecosistemas y Género del Programa Ciencia 2030, generaron un espacio de trabajo colectivo para que las científicas potencien la voz y el cuerpo con el objetivo de fortalecer su participación y liderazgo en la academia.
Propuesto por la académica de la Facultad de Ciencias, Leslie Jiménez, organizado por Ciencia 2030 y facilitado por Yasna Lepe y Ana Arévalo, profesoras de danza y filosofía, respectivamente, el taller “Sacar la Voz: Corporalidades y Voz para Científicas” responde a una necesidad detectada entre las mujeres que trabajan en las ciencias, particularmente en la dificultad para pronunciarse y exponer sus conocimientos con seguridad. “El cuerpo es nuestra primera herramienta de trabajo, independientemente del área en que nos desempeñemos, por lo que es urgente atender esta necesidad”, comentó Lepe.
En ese sentido, el objetivo de las jornadas llevadas a cabo durante agosto en las facultades de Ciencias y Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Casa de Bello, fue generar un espacio de trabajo y apoyo mutuo entre mujeres para descubrir cómo la integración de la voz y el cuerpo puede potenciar la capacidad de expresión y comunicación, fortaleciendo así el desarrollo de científicas con perspectiva de género.
Para ello, las instancias consistieron en la exploración de la relación entre cuerpo, voz y pensamiento, integrando técnicas de sensibilización corporal y ejercicios de escritura. Según Arévalo, estas experiencias permitieron a las estudiantes, académicas e investigadoras “identificar nudos que bloquean su expresión, originados en estructuras culturales que tienden a silenciar la voz femenina en los espacios científicos”, explicó.
El vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Casa de Bello y subdirector del Programa Ciencia 2030, Christian González-Billault, señaló que la implementación de estos talleres responde a los objetivos estratégicos del proyecto: “Buscamos equipar a las científicas con herramientas que las ayuden a superar barreras estructurales y culturales en sus trayectorias académicas. Esta iniciativa está diseñada para fortalecer habilidades blandas como la comunicación asertiva y la autoconfianza en las científicas de nuestras facultades”, indicó la autoridad.
Una experiencia significativa e impactante
Para Lepe, profesora de danza de la Facultad de Artes, “fue muy significativo trabajar con mujeres científicas y conocer sus experiencias, que a pesar de ser personales, son también colectivas puesto que hay puntos en común donde nos identificamos”, aseguró. Además, señaló que existe la necesidad de seguir “explorando, indagando y profundizando en las experiencias comunes que permiten ir construyendo saberes, junto con desarrollar esa conciencia de que no podemos separar el cuerpo del pensamiento y la emoción”.
Por su parte, para Arévalo, profesora de filosofía de la Facultad de Filosofía y Humanidades, las instancias fueron “a ratos impactantes, según lo expresado por las participantes en los momentos de diálogo grupal, sobre todo en el sentido de darse cuenta de que las experiencias vividas por cada una, expresadas principalmente en su relato, no eran situaciones aisladas, sino más bien comunes entre mujeres dedicadas a la ciencia”.
Finalmente, las jornadas fueron consideradas un éxito, pues las participantes se quedaron con “una sensación de alivio que podríamos interpretar como de liberación y sobre todo de eliminar el sentimiento de culpa, o sea, se dieron cuenta de que ellas no son las responsables principales del malestar que vivían en el silencio, sino que el origen del malestar tenía que ver más bien con estructuras y lógicas culturales del entorno en el que se desenvuelven”, concluyó Arévalo.