Emotiva ceremonia:

Mundo artístico y cultural despide al artista visual y Profesor Titular de la U. de Chile Gonzalo Díaz

Mundo artístico despide a Gonzalo Díaz, Profesor Titular de la U. de Chile
Homenaje Díaz
Nury González y Daniela, esposa e hija de Gonzalo Díaz, entregaron emotivas palabras en memoria del artista y agradecieron a quienes asistieron a la ceremonia.
Homenaje Díaz
La Rectora Rosa Devés destacó que la Medalla Rector Juvenal Hernández Jaque le fue concedida por la Universidad el mismo día de su partida, apenas unas horas antes, "para distinguir su fidelidad a la institución y su profunda identificación con el espíritu humanista y el ideario ético que encarnó el Rector que tanto hizo por las artes".
Homenaje Díaz
Fernán Díaz, hermano del artista visual, hizo un recorrido por la infancia compartida y la vida en una casa atravesada por la cultura, la conciencia social y el pensamiento crítico, y el temprano episodio de la poliomielitis que lo transformó, a los ocho años, en un “alegre héroe” para ellos.
Homenaje Díaz
"Sus obras seguirán siendo un referente para las futuras generaciones, resonando con la singularidad de un pensador único y crítico de su tiempo", dijo Daniel Cruz, director del MAC.
Homenaje Díaz
El decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Fernando Carrasco, dedicó unas palabras en forma de versos a Gonzalo Díaz, en las que destacó su inteligencia creadora y la singularidad de su trayectoria.
Homanaje Díaz
En la ceremonia de este sábado participaron autoridades universitarias, académicos, estudiantes, familiares y representantes de las culturas y las artes.

Desde el viernes, su cuerpo fue velado en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), del Parque Forestal, en el hall principal. Mismo lugar, donde el sábado se le rindió un último homenaje a Gonzalo Díaz Cuevas, artista visual, Premio Nacional de Artes Plásticas 2003 y profesor titular de la Universidad de Chile, quien además recibió recientemente la Medalla Rector Juvenal Hernández Jaque 2025 en Artes, Letras y Humanidades.

Participaron de la ceremonia de despedida autoridades como la Rectora de la U. de Chile, Rosa Devés; la Prorrectora, Alejandra Mizala; el vicerrector de Asuntos Académicos, Claudio Pastenes; el director del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), Daniel Cruz; el decano de la Facultad de Artes, Fernando Carrasco, y el vicedecano de la Facultad de Artes, Luis Montes, junto a autoridades universitarias y del mundo de la cultura y las artes. Asimismo, lo acompañaron en este último tránsito los hermanos de Díaz, su esposa Nury González, académica de la U. de Chile, sus hijas, nietos y amigos.  

El primero en entregar sus palabras fue Daniel Cruz, director del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), quien señaló que “sus obras seguirán siendo un referente para las futuras generaciones, resonando con la singularidad de un pensador único y crítico de su tiempo. A través de sus formas materiales y poéticas, Díaz construyó un lenguaje irrepetible, punzante y provocador, propio de todo gran maestro. Quedamos todas y todos nosotros con una tarea: continuar visitando y citando la obra de uno de los representantes ineludibles del arte contemporáneo de nuestra época”. 

En sus palabras, la Rectora Rosa Devés destacó que la Medalla Rector Juvenal Hernández Jaque le fue concedida por la Universidad el mismo día de su partida, apenas unas horas antes, "para distinguir su fidelidad a la institución y su profunda identificación con el espíritu humanista y el ideario ético que encarnó el Rector que tanto hizo por las artes". "¿Lo habrá percibido con su alma y oficio de artista, o con esa pasión por la norma que le permitía anticipar el futuro en un reglamento bien pensado o en un indicador capaz de señalar un camino? Lo espiritual y lo terrenal reunidos en una amalgama que le hizo único", afirmó.

Por otra parte, el decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Fernando Carrasco, dedicó unas palabras en forma de versos a Gonzalo Díaz, en las que destacó su inteligencia creadora y la singularidad de su trayectoria. “Como un hombre de gran inteligencia inventaste vidas nuevas”, expresó, subrayando que “no habrá nada que te vuelva a seguir entre nosotros; lo hiciste tú, no otros”. 

En sus palabras, relevó una obra desarrollada con plena conciencia de su tiempo, “con una obra maciza en la época precisa”, y una vida marcada por la entrega y el compromiso: “nunca buscó el beneficio”, sino que estuvo “entregado a su trabajo”. El decano destacó también la amplitud de su práctica, “pintura, instalación, intervención”, y afirmó que su legado sigue activo: “su obra tiene sentido, inventó de nuevo el color”. Finalmente, cerró señalando que Gonzalo Díaz permanece en la memoria colectiva de la Universidad y del arte chileno, “presente ahora y siempre”.

Legado artístico y contribución a la Universidad de Chile

Durante la ceremonia participaron colegas, amigos y familiares, quienes expresaron su recuerdo y cariño, en las distintas facetas que les tocó compartir con Díaz. El filósofo y académico del Departamento de Teoría de las Artes, Pablo Oyarzún, evocó la figura de Gonzalo Díaz desde la gratitud y el respeto por la palabra, subrayando la densidad ética y simbólica de su presencia.

"Hay figuras cuya presencia no se agota en la memoria inmediata, porque su palabra y su obra permanecen inscritas en la vida colectiva. Gonzalo Díaz fue una de ellas. Su trabajo se sostuvo en la convicción de que la creación artística es también un espacio de pensamiento, de responsabilidad pública y de resistencia intelectual. En contextos marcados por la violencia, la censura y la fragilidad democrática, su obra afirmó la necesidad de la palabra, del sentido y de la libertad, entendiendo el arte como un ejercicio ético que vincula historia, política y comunidad. Esa densidad, la de una obra que piensa y de un pensamiento que crea, es la que hoy continúa interpelando a la Universidad y a las artes que en ella se cultivan”.

Pablo Ferrer, académico del Departamento de Artes Visuales, ayudante y aprendiz del Premio Nacional, recordó su experiencia formativa junto a él, destacando la intensidad de ese período. “Ese tiempo fue muy feliz y muy provechoso para mí”, señaló, aludiendo a los años de taller en los que Díaz enseñaba no solo desde la práctica artística, sino desde una conversación amplia que integraba “música, pintura, literatura, psicoanálisis”, y donde el humor, la exigencia y el cuestionamiento eran constantes. 

Ferrer también subrayó que Díaz no toleraba la superficialidad ni la comodidad en el trabajo artístico: “odiaba los lugares comunes y las simplezas, y devolvía siempre las preguntas con nuevas preguntas, empujando a sus estudiantes a pensar con rigor. Su forma de enseñar la pintura fue siempre más allá de la pintura misma, trabajando incluso con materiales no tradicionales como neones, tubos, números, objetos: todo estaba en perfecta consonancia, guiado por una búsqueda de exactitud y sentido”. Para Ferrer, Díaz fue una figura que marcó profundamente su vida personal y profesional: “yo me sentía privilegiado”, afirmó, destacando su generosidad, su apoyo constante en momentos complejos y su capacidad de acompañar sin paternalismo, desde una ética del trabajo, del pensamiento y de la creación.

Uno de los momentos más emotivos que se vivió durante la jornada fue cuando su hija Daniela y Nury González, académica del Departamento de Artes Visuales y esposa de Gonzalo Díaz, abordaron la partida del artista.

La profesora situó su recuerdo en el cruce entre la experiencia personal y la trayectoria compartida, señalando que “en estos cincuenta años me encontré muchas veces pensando que estaba frente a algo que no conocía, que no sabía nombrar, y fue justamente ese no saber lo que se transformó en un ejemplo”, subrayando que la creación y la enseñanza fueron para él espacios de búsqueda permanente, abiertos a la duda y a la transformación. En sus palabras, evocó una vida marcada por el trabajo riguroso y la entrega cotidiana, afirmando que “nos deja un hombre de una mirada excepcional, un hombre querido, virtuoso y generoso, cuya presencia fue la de un artista y profesor comprometido, pero también la de un padre, un abuelo y un compañero, y cuyo legado permanece activo en la obra, en la comunidad universitaria y en quienes compartieron con él una forma de pensar, crear y vivir las artes”.

Mientras que su hija mayor, Daniela Díaz dedicó palabras para su padre. “La última noche dormí contigo, algo que seguramente pasó también hace 45 años atrás, pero esta vez yo te cuidé a ti. En tu bello cuerpo enfermo estabas tú, como siempre, queriendo entender, cariñoso, qué era lo que veías. Hoy te despedimos, papá, y brilla tu espíritu grandioso”. 

Reconocimiento de su huella y labor artística-política

Pablo Arrate, quien le acompañó en su campaña para convertirse en rector de la U. de Chile, destacó la manera en que en Díaz lo humano y lo político se entrelazaron de forma inseparable. "Nos conocimos en la disputa política, en la refriega argumentativa, y desde ahí se generó una relación muy potente entre generaciones distintas, con visiones críticas y compromiso público. Gonzalo tenía una enorme capacidad de adaptación a los escenarios que le tocó vivir, pero al mismo tiempo una capacidad de ruptura frente al orden establecido. Esa combinación es también su marca política y ética. Incluso en los momentos más difíciles, enfrentó la enfermedad con una resiliencia admirable, decidido a hacer todo lo necesario para seguir creando, pensando y aportando".

Mientras, Macarena Murúa, investigadora del Archivo Gonzalo Díaz, en su discurso de despedida subrayó que el proyecto en el que se embarcaron junto a la antropóloga Paloma Molina nació de la convicción de que era fundamental sistematizar y poner a disposición pública el legado del artista desde su propio relato. “El impulso inicial de Nury González permitió más de un año de conversaciones sistemáticas con Gonzalo, recorriendo décadas de producción artística. (...) Al recordar el lanzamiento del archivo que realizamos en enero de 2025, confirmé una certeza que hoy adquiere pleno sentido: Gonzalo Díaz es inmortal. En cada una de sus pinturas, en cada una de sus instalaciones, en cada uno de sus escritos, y en cada una y uno de los artistas que se formaron bajo su tutela”, reflexionó.

Finalmente, desde la memoria íntima y familiar, Fernán Díaz, hermano, de Gonzalo Díaz, hizo un recorrido por la infancia compartida y la vida en una casa atravesada por la cultura, la conciencia social y el pensamiento crítico, y el temprano episodio de la poliomielitis que lo transformó, a los ocho años, en un “alegre héroe” para sus hermanos. "Nadie sabía entonces que tú eras de los grandes, que te las traías. La primera persona que tuvo señales profundas de tu singularidad fue nuestra madre y, por extensión, nosotros, tus hermanos. Pudimos ver tu temprana inquietud intelectual y espiritual, tu aproximación rigurosa a la antropología y la antroposofía, y la claridad con que, incluso en tus últimos encuentros, defendiste la necesidad de un pensamiento activo y no complaciente, uno que no se permite la pasividad frente a la degradación del pensamiento. (...) Gonzalo buscó siempre, como artista y pensador, llevar lo espiritual en sí mismo hacia lo espiritual del universo".

Vida y obra vinculadas a la Universidad de Chile

Gonzalo Díaz nació en Santiago el 13 de marzo de 1947. Formado en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile entre 1965 y 1969, tuvo como maestros a José Balmes, Rodolfo Opazo, Alberto Pérez y Adolfo Couve. Recibió el grado de Licenciado en Arte con mención en Pintura. Continuó sus estudios en 1980 en la Università Internazionale dell’Arte, en Florencia, Italia. Allí compartió taller con el artista nacional Francisco Smythe.

Posteriormente, en 1987 obtuvo la beca de la Fundación Guggenheim, por medio de la cual desarrolló el proyecto "Marcación del territorio o introducción al paisaje chileno".

En 1969 se inició como ayudante en los Talleres de Pintura de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, asumiendo el cargo de Profesor Titular a partir de 1975. En 1977 participó en la fundación del Instituto de Arte Contemporáneo, donde fue profesor del Taller de Pintura.

Díaz además fue el primer presidente del Consejo de Evaluación, que sesionó por primera vez en el año 2006.

Uno de sus últimos hitos públicos fue la presentación de su archivo digital, el cual consta de más de 240 obras, 169 exposiciones y 350 documentos y publicaciones como un espacio de investigación colaborativa. Respecto a este acervo, presentado al público en enero de 2025, el Premio Nacional dijo que el objetivo del mismo es “difundirlo en distintos ámbitos y ponerlo en diálogo con otras instancias archivísticas o de investigación. La vinculación con los estudiantes y académicos de la Universidad de Chile también es muy importante”.