Cuenta Anual de la Gestión presentada por el Rector de la Universidad de Chile, Prof. Luis A. Riveros.

III.5 En Materia de Investigación
Los resultados de los recientes concursos dejan nuevamente en claro nuestro sólido liderazgo en el sistema. Mantenemos el lprimer lugar en FONDECYT de manera muy clara, como lo revelan los promedios 1994-2004 y el porcentaje de aprobación del último año [Cuadro 13]. Las señales preocupantes provienen de la tendencia al estancamiento en las cifras porcentuales, así como al alto número de proyectos que se presentan sin obtener financiamiento, situación que afecta a todo el sistema [Cuadro 14]. He encargado a la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo que emprenda un diagnóstico sobre estos aspectos, para buscar los mecanismos que permitan aumentar nuestra efectividad en la obtención de financiamiento por la vía concursable como de todas maneras ha tenido lugar en los últimos cuatro años [Cuadro 15]. En general, nuestros resultados en materia de fondos concursables son muy destacados, aunque es aún preciso introducir correcciones en materia de diseño y efectividad [Cuadro 16].

 
 
 
 

La Vicerrectoría de Investigación ha continuado con su programa de becas para investigadores jóvenes y para financiar la continuidad de proyectos. Estas actividades necesitan más recursos, especialmente por el marcado éxito que han tenido en el pasado para apoyar proyectos en ciernes. Al mismo tiempo, la Vicerrectoría también está encargada de crear una Oficina de Desarrollo que promueva a nivel central el trabajo con la empresa, y actúe como facilitadora para contactar a investigadores y unidades académicas con la realidad productiva, además de potenciar la búsqueda de respuestas inter y multidisciplinarias a los problemas que existen en la dimensión real. En materia de patentes, la Vicerrectoría está trabajando para lograr mayor efectividad por parte de la institución, mejorando las reglas internas y la coordinación entre unidades para tal efecto. Los resultados ya se observan: en el período 1982-2002 la Universidad había solicitado un total de 8 patentes. Por el contrario, en los últimos 15 meses se han presentado un total de 9 solicitudes de patentes.

El Gobierno ha dado indicaciones acerca del cambio que debe ocurrir en el financiamiento de la investigación. En el presupuesto de CONICYT del año 2004 se incluyó un ítem denominado “Investigación para la Nueva Economía”, donde se pretende dar impulso a la investigación tecnológica ligada a problemas de desarrollo productivo. Un préstamo del Banco Mundial y recursos nacionales por un total de US$100 millones para cinco años, conforman el financiamiento de esa iniciativa. Junto a ello, se había pensado financiar investigación aplicada, transferencia tecnológica y emprendimiento, por medio de un fondo derivado de la aplicación de un Royalty a la minería, proyecto que no ha tenido un desarrollo exitoso en el Congreso Nacional. Para un país con un significativo déficit en materia de investigación -el cual alcanza al menos a un punto del PÏB anual- el financiamiento de la investigación y los procesos de transferencia tecnológica demandan una atención significativa por parte del Estado, dado su naturaleza y altas externalidades envueltas. Así se había anunciado, pero parece no existir acuerdo político sobre un tema tan fundamental para Chile. Lo lamentamos, puesto que al dirigirse más recursos hacia áreas de proyectos concursables y de transferencia tecnológica, se habría apoyado la creación de conocimiento que requiere en forma indispensable el desarrollo del país, a la vez que respaldado el buen hacer en materia de investigación por parte de las universidades complejas. Elevo nuevamente desde aquí nuestra solicitud a los poderes del Estado para que los recursos dedicados a investigación cumplan efectivamente con los anuncios del Presidente de la República y se hagan compatibles con los propósitos de desarrollo económico que se alientan y que no encontrarán firme sustento sino sobre la base de un efectivo sistema de creación de conocimiento y transferencia tecnológica. También desde aquí manifiesto nuestra preocupación por el financiamiento de CONICYT y la probable discontinuidad o disminución en el aporte a programas de este organismo que, como becas de Posgrados y Fondos Concursables, constituyen una fuente indispensable de inversión estatal en el progreso del conocimiento.

III.6 Exitosa Acreditación Institucional
Durante la primera parte de este año, nuestra Universidad enfrentó el proceso piloto de acreditación institucional en que nos comprometimos a participar durante el año 2003. Nos sometimos a acreditación en las seis áreas posibles: Gestión Institucional, Docencia de Pregrado, Docencia de Posgrado, Investigación, Vinculación con el Medio y Planta física. Se nos otorgó la acreditación máxima (7 años) en estas seis áreas. Se trata de una experiencia que nos debe importar fundamentalmente, puesto que convertirnos en el estándar o nivel de referencia para el sistema en materia de calidad y organización académica, resulta un elemento estratégico de primer orden para la institución. Quiero agradecer con mucha sinceridad el entusiasta y efectivo apoyo que este proceso logró en las distintas instancias participantes, y que culminó tan exitosamente para la Universidad de Chile. Académicos y estudiantes, en diversas carreras y especialidades, dieron opiniones que enaltecen a esta institución y que facilitaron el trabajo de la Comisión Acreditadora. La Vicerrectoría de Asuntos Académicos y la Vicerrectoría de Asuntos Económicos y Gestión Institucional lideraron efectivamente la tarea, que había sido incluida como uno de los hitos de trabajo para este año, preparando el documento de base que fue enriquecido en discusiones con el Consejo Universitario y el Senado Académico y llevando a un satisfactorio término el trabajo de análisis y discusión con nuestros acreditadores.

La acreditación total que hemos logrado, y los comentarios que se nos han proporcionado ponen de relieve que el comparador adecuado para la Universidad de Chile se encuentra en la realidad del mundo desarrollado. Es allí donde debemos buscar las referencias ordenadoras para orientar nuestro trabajo docente y de investigación, y el estándar de calidad que debemos tratar de acrecentar permanentemente. En particular, agradezco que la Comisión de Acreditación y el propio CNAP, hayan entregado la acreditación máxima a la Universidad de Chile en materia de Gestión Institucional, especialmente por las consideraciones negativas que a este respecto, y sin ninguna base seria y formal, habían anteriormente emitido algunas autoridades educacionales y observadores antagónicos a esta institución.

Al logro positivo que implica la acreditación, es necesario señalar que también se suman los comentarios proporcionados sobre algunas áreas que tenemos que mejorar significativamente nuestro trabajo para asegurar efectivamente el logro de los objetivos institucionales. Una de ellas es la relación con nuestros egresados, ámbito en que se nos indicó que nuestro trabajo no era suficiente, especialmente en vistas a la inserción laboral de los mismos y a su contacto permanente con la institución. Recogemos con modestia estos comentarios constructivos y hemos encargado a la Vicerrectoría de Asuntos Académicos un plan de acción para abordar todas las falencias señaladas.

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