Como parte de un trabajo realizado por el Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile y en el marco del Día Internacional de la Mujer, desde este 7 de marzo se encuentran disponibles los volúmenes digitalizados de la revista Acción Femenina, en específico las ediciones del año 1934 a 1938. Una publicación de carácter mensual creada por el Partido Cívico Femenino entre 1922 y 1939, cuyo carácter político abordó luchas clave para la época como el sufragio femenino universal, el divorcio y el trabajo de las mujeres.
Esta digitalización se realiza a partir de un proceso colaborativo de investigación con la académica Marina Becerra de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) e integrante de la Red Binacional de Cooperación Académica Chile-Argentina sobre Historia Cultural y Política de Mujeres en Argentina y Chile, que está investigando discursos antifascistas de mujeres del cono sur durante la primera mitad del siglo XX.
Las ediciones de esta relevante publicación histórica desarrollada hace más de un siglo, ahora pueden consultarse digitalmente a través de la Biblioteca Digital de la Universidad de Chile. Al respecto, la directora del Archivo Central Andrés Bello, Fernanda Vera, señaló la importancia de que la revista se encuentre disponible al público. “Esta iniciativa de digitalización de la revista Acción Femenina da cuenta, una vez más, del compromiso que el Archivo Central Andrés Bello tiene con la difusión de la Historia de las Mujeres en Chile y los aportes que han realizado en diferentes épocas. De manera específica, esta digitalización que, si bien no es completa, pone a disposición números que no estaban disponibles en otras plataformas, por lo que constituye un rico aporte tanto para que las niñas crezcan con referentes más completos, y para que mujeres de todas las edades conozcan de las acciones e impacto de quienes las precedieron”.
Desarrollada en la ciudad de Santiago, la revista fue dirigida en primera instancia por César Sanhueza y Graciela Mandujano, llegando en algún momento a contar con la dirección de importantes mujeres que marcaron la historia del país y el camino a la igualdad de género de las mujeres chilenas y latinoamericanas. En esta lista se encuentran Amanda Labarca, primera mujer en ser profesora titular de la Universidad de Chile, Elena Caffarena, la dirigente feminista Olga Poblete, entre otras que lucharon incansablemente por la liberación social, económica y jurídica de sus pares.
Aquello otorgó cada volumen con un gran sentido artístico y narrativo en sus páginas, que como señala Ariadna Biotti, coordinadora del Área de Investigación Patrimonial del Archivo, se vuelve un motivo más para revisar lo que fue una de las principales herramientas de difusión del Partido Cívico Femenino liderado por Estela La Rivera de Sanhueza, Elvira de Vergara, Berta Recabarren y Graciela Lacoste Navarro, entre otras.
“La revista representa las problemáticas de su tiempo, un fiel documento histórico sobre lo que está pasando en ese minuto. Representa también al partido en la medida en que vemos cómo se intercambian información con feministas de otros lugares”, destaca la coordinadora del Área de Investigación Patrimonial del Archivo Central Andrés Bello.
Asimismo, Biotti agregó que “las escritoras de la revista tenían una perspectiva de clase y conciencia de las diferencias socioeconómicas que había en el país. Reconocían perfectamente las diferencias de clase de las mujeres y las necesidades de las mujeres populares”.
La Casa de Bello y su participación en Acción Femenina
Como en la mayoría de las grandes transformaciones sociales chilenas de la época, la Universidad de Chile tuvo un rol fundamental en el desarrollo de esta revista. En un contexto internacional marcado por la Segunda Guerra Mundial, un movimiento anticomunista en Chile con la publicación de la “Ley Maldita” y el término de la cuestión social en el país. Esta publicación permitió que incontables académicas de esta casa de estudios y del mundo popular pudieran entregar una voz y plasmar sus preocupaciones en sus páginas.
Se ha constatado la importancia que tuvo la revista en la Universidad de Chile, particularmente cuando el espacio académico se abrió a la educación cívica femenina mediante la organización de ciclos de charlas ofrecidas por destacadas mujeres educadas y profesionales formadas en la Casa de Estudios.
Estas destacadas intelectuales ofrecían en la antigua Sala de Conferencias de la Casa Central (y actual Sala Museo Gabriela Mistral, espacio gestionado por el Archivo Central Andrés Bello de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile), charlas dirigidas y abiertas a todas las mujeres trabajadoras del país con el fin de fortalecer su conciencia cívica y social. De este modo, la Universidad de Chile contribuyó significativamente a la gestación del movimiento cívico femenino fomentado por la revista.
Así lo comenta la investigadora del Archivo Central, Ariadna Biotti, quien destaca cómo, “con estos ciclos de conferencias difundidos en Acción Femenina pretendían entregar educación cívica a las mujeres. Para que justamente ellas comprendieran la importancia de ir a votar, por los cambios fundamentales que se pueden lograr en la sociedad a través de este derecho, con esta capacidad de decisión sobre las cosas, sobre el bien común. Por medio de las páginas de esta revista, estas escritoras estaban interesadas en que ese mensaje se masificara”.
Otro aspecto importante de esta revista es el legado histórico, siendo material clave en dar registro de las distintas luchas feministas de la época. Así lo plantea Biotti, quien plantea que “la relevancia de rescatar esta historia es dar cuenta del rol que juegan las mujeres que tienen una sensibilidad social que están atentas a los temas sociales, que además son mujeres que como Amanda Labarca, jugaron un rol importante en la historia y no es un hecho menor que ella también haya sido feminista estando en esa lucha”.
En este sentido, el Archivo Central Andrés Bello invita a revisar los distintos volúmenes de esta publicación dado que “es un material que nos permite fomentar la conciencia, educar en la importancia de la conciencia histórica, brindar la historia de la lucha social, especialmente a la lucha de las mujeres trabajadoras que son fundamentales en esta historia”, concluyó Biotti.