Conductas a prevenir
a. Los comportamientos incívicos
El incivismo abarca comportamientos descorteses o groseros que carecen de una clara intención de dañar, pero que entran en conflicto con los estándares de respeto mutuo. A menudo surgen del descuido de las normas sociales y sin directrices claras, el comportamiento descortés puede perpetuarse y generar situaciones de hostilidad o violencia necesarias de erradicar de los espacios de trabajo.
Al abordar los comportamientos incívicos de manera proactiva, las organizaciones pueden mitigar su propagación y evitar que evolucione hacia transgresiones más graves que podrían ser calificadas como acoso laboral o violencia en el trabajo.
Para enfrentar eventuales comportamientos incívicos en el marco de las relaciones laborales, se deben promover ambientes laborales y estilos de interacción social, teniendo como ejemplo conductas tales como:
- Usar un tono de voz apropiado y carente de agresividad cuando se habla;
- Cuidar el uso del lenguaje en forma o fondo, evitando comentarios humillantes o despreciativos;
- Mantener especial reserva de aquella información que se ha proporcionado en el contexto personal por otra persona del trabajo, evitando el rumor y comentarios de los demás con irrespeto, siempre que dicha situación no constituya delito o encubra una situación potencial de acoso laboral o sexual;
- Evitar gestos físicos no verbales hostiles y discriminatorios, propendiendo a una actuación amable en el entorno laboral;
- Respetar los espacios personales de las personas trabajadoras propendiendo a consultar, en caso de dudas, sobre el uso de herramientas, materiales u otros implementos ajenos.
b. El sexismo
Es cualquier expresión (un acto, una palabra, una imagen, un gesto) basada en la idea de que algunas personas son inferiores por razón de su sexo o género.
Tipos de sexismo
El sexismo puede ser consciente:
Expresándose de manera hostil. El sexismo hostil defiende los prejuicios de género tradicionales y castiga a quienes desafían el estereotipo de género, los que en determinados contextos podrían dar lugar a conductas constitutivas de acoso.
Ejemplos de sexismo hostil son:
- Comentarios denigrantes para las mujeres o diversidades basados en dicha condición;
- Humor y chistes sexistas o discriminatorios hacia la mujer o diversidades basados en dicha condición;
- Comentarios sobre fenómenos fisiológicos de una mujer o diversidades;
- Silenciamiento o ninguneo basado en el sexo o género.
Por otra parte, el sexismo puede ser no intencionado:
Expresándose en conductas que deben propender a erradicarse de los espacios de trabajo en tanto que, no buscan generar un daño, perpetúan una cultura laboral con violencia silenciosa o tolerada; asumen que las mujeres son menos competentes e incapaces de tomar sus propias decisiones, y por ello, se denomina en la literatura sociológica "sexismo benevolente".
Ejemplos de sexismo no intencionado, considerando el contexto y el caso concreto que se presente:
- Dar a una mujer una explicación no solicitada cuando ella es experta en el tema, lo denominado en la literatura sociológica como “mansplaining”;
- Interrumpir bruscamente a una mujer mientras habla y sin esperar que ella termine, lo denominado en literatura sociológica como “manterrupting”;
- Desarrollar conductas paternalistas desde los hombres hacia las mujeres que constituyan sexismo benévolo.