4.2 Las Relaciones Universidad - Estado
Ha prevalecido un prolongado debate sobre el débil marco prevaleciente en cuanto a política estatal sobre las universidades chilenas. Se ha reclamado falta de políticas explícitas y transparentes; existencia de gran asimetría de reglas entre el sector privado y el público de Universidades que reciben subsidios fiscales de tipo directo; ausencia de políticas de asignación presupuestaria por objetivos; inexistencia de un marco de principios para definir el rol y misión de la universidad estatal, en general, y de la Universidad de Chile, en particular. Esta inexistencia de políticas definidas ha sido particularmente lesiva para la Universidad de Chile, dado su mayor complejidad tecnológica y diversidad disciplinaria -y, por ende, con mayores costos relativoscomo a la vez por su tradición. El abandono por parte del Estado, ha conducido a una seria crisis interna. En el contexto de estos reclamos, se ha hecho notar en el debate público, la señal que emanó de la presencia de S.E. el Presidente de la República en la inauguración de dependencias de una universidad privada no tradicional, mientras sus propios representantes en el Consejo Universitario de la Universidad de Chile destacaron por una continua ausencia durante casi dos años. Este no ha sido considerado un acto de naturaleza excepcional, sino que se ha inscrito en el contexto de la inexistencia de un sólido compromiso del Estado con sus universidades, y del establecimiento de una virtual equivalencia entre la Universidad de Chile instituciones de carácter fundamentalmente docente. Por ello, se ha insistido en que una definición sobre la política de Estado es imprescindible, envolviendo temáticas de tipo múltiple, que no exceptúan, en ningún caso, las reglas explícitas de financiamiento y los sistemas de control de gestión. El proceso de reconstrucción de las relaciones Universidad-Estado se plantea, en tal contexto, como un tema no abordado, a pesar de ser el aspecto crucial prevaleciente tras el malestar recientemente manifestado por las comunidades universitarias, en general. Se ha destacado, por lo mismo, la necesidad de un rol de liderazgo de la Universidad de Chile en dicho proceso. La necesidad de reglas efectivas, en las que el Estado haga valer el rol estratégico que efectivamente le asigna a las universidades es importante, especialmente en cuanto a la asignación en tareas y desenvolvimiento en áreas específicas.
La existencia de inapropiadas relaciones entre la Universidad de Chile y el Estado, se pone de relieve en la lamentable y persistente ausencia de los representantes de S.E. el Presidente de la República en el Consejo Universitario, un hecho que refleja la poca importancia que la primera Universidad del país tiene de hecho en la política estatal. Esto pone de relieve el negativo efecto del descuido del Estado en términos de inhabilitar a la educación superior, particularmente la estatal, para contribuir en forma efectiva al proceso de desarrollo del país. En relación a este mismo tema, se ha indicado en el debate público lo inapropiado del Proyecto de Ley de Universidades Estatales presentado por el Ejecutivo a mediados de 1997 para su trámite en el Congreso Nacional, como solución a los conflictos y problemas creados por la ausencia de política, especialmente por el inadecuado tratamiento que dicho Proyecto prescribe para la Universidad de Chile.