Palabras Foro América Latina ante el desafío de la integración y Lanzamiento del Programa Estratégico de Apoyo y Fortalecimiento de la Integración Sudamericana (SUR)
Saludo muy afectuosamente al señor Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, profesor Alberto van Klaveren, al Presidente Ejecutivo de CAF, Sergio Díaz-Granados, a todos y todas quienes participaron en las mesas de discusión, a las autoridades, representantes de la sociedad civil, académicos y académicas, estudiantes comprometidos con el desarrollo de nuestra región y a todos y todas quienes nos acompañan. Muchas gracias por su presencia.
Este es un día importante para la Universidad de Chile.
El 2 de enero de 1950, el historiador Guillermo Feliú Cruz, inauguraba la Escuela de Temporada de la Universidad de Chile, una iniciativa de extensión que inició Amanda Labarca en 1936, con el discurso La Universidad de Chile, Universidad de América, un ensayo de interpretación histórica que abordaba el ideal americanista en la tradición intelectual de la Universidad.
En el prólogo a la segunda edición de este ensayo (1953), Feliú Cruz escribe:
Correrán posiblemente estas páginas entre las manos de profesores y alumnos americanos. Si la lectura de ellas tuviera la virtud de reafirmar, en algunos, los sentimientos americanos que las animan; si lograran despertar, en otros, ideales marchitados por los quebrantos del momento, que son puramente transitorios y que no prevalecerán; si convencieran estas líneas que la grandeza moral de América sólo puede obtenerse con el libre juego de la vida civil de los pueblos, mediante la ley constitucional, y el leal ejercicio de la democracia, y que a las Universidades corresponde humillar las tiranías, yo habría obtenido una íntima satisfacción como Maestro de la juventud de mi patria y como historiador de los ideales de la libertad.
Más adelante refiriéndose a la influencia de América en la Universidad dice: Y es la Universidad de América, porque la formaron americanos en horas de ensueño para hacer la grandeza moral de América. Cuando desterrados de sus pueblos, pobres de bienes materiales, pero poderosos en bienes intelectuales; cuando concebían para sus patrias mejores días de libertad y de progreso, esos americanos encontraron en esta Universidad un asilo, un oasis de paz, donde trabajar y consolidar los ideales (…).
He querido citar estas palabras para transmitir el espíritu con el cual concurrimos a celebrar el nacimiento del Programa Estratégico de Apoyo y Fortalecimiento de la Integración Sudamericana (SUR), y dar cuenta de un compromiso que no es solo del tiempo presente, sino que forma parte de nuestra historia y nuestra identidad.
Además, quiero hoy señalar, y de algún modo confesar, que desde aquel día de diciembre de 2022, cuando el querido José Mujica nos recordara, en el marco del Encuentro sobre “Derechos Humanos y Democracias Contemporáneas” de las Universidades del Grupo de Montevideo (AUGM), sin esconder su ansiedad, nuestra responsabilidad con la integración latinoamericana, he sentido que estoy en falta.
Y no se le falta a José Mujica, menos cuando nos llama a actuar en conciencia. Resuena su llamado con el que hiciera nuestro Rector Juan Gómez Millas, en su discurso al inaugurar la Primera Asamblea de la Unión de Universidades Latinoamericanas en 1953, respecto a la responsabilidad de las universidades de interpretar “las posibilidades más profundas del pueblo” y “dar conciencia a la política”.
Expreso a través de estas palabras nuestro más profundo compromiso institucional, pero también personal con el Programa SUR.
Como se ha dicho hoy, el desarrollo de iniciativas basadas en la colaboración y la cooperación resulta esencial para contrarrestar las tendencias deshumanizantes y los efectos de una geopolítica marcada por la multipolaridad, la fragilidad del sistema multilateral y la creciente incertidumbre global. En este complejo escenario, Sudamérica enfrenta desafíos comunes que exigen superar las diferencias políticas coyunturales y promover acciones sustentadas en el conocimiento y la evidencia, con el objetivo de construir un futuro próspero y equitativo para nuestra región.
El Programa SUR tiene como objetivo “generar estrategias de cooperación y vinculación entre académicos y funcionarios de los diferentes países de la región sudamericana, mediante el desarrollo de acciones de formación, investigación aplicada y promoción de políticas de cooperación e integración en América del Sur”. Surge como una respuesta a los desafíos antes enunciados, reconociendo la importancia del aporte académico para el éxito de la integración.
El futuro que visualizamos exige una participación activa de la academia en la búsqueda de soluciones, pero siempre en diálogo con la sociedad. No basta con fortalecer la colaboración entre universidades o entre éstas y los tomadores de decisión, también es fundamental generar espacios de encuentro que trasciendan lo institucional y se conviertan en verdaderos escenarios de diálogo social y co-educación. Solo a través de este intercambio genuino, donde el conocimiento académico se enriquezca con la experiencia y las voces de la comunidad, será posible fomentar el surgimiento de nuevos aprendizajes y construir respuestas más inclusivas, pertinentes y sostenibles para los desafíos del presente y del futuro.
Así, el programa se basa en tres pilares fundamentales:
La formación de líderes capacitados y comprometidos, líderes con una visión integral, basada en la evidencia y el análisis crítico. Para ello, SUR ofrecerá cursos impartidos por expertos de diversos sectores de la Universidad de Chile y otras universidades de la región, en temáticas prioritarias como el cambio climático, el crimen organizado o la integración digital. No debe olvidarse la importancia de fortalecer lazos comunitarios y de recibir también de quienes concurran con su propia valiosa experiencia, porque la integración sustentable requiere de vínculos personales, de respeto y conocimiento mutuo.
El segundo eje es el fomento de la investigación académica para una toma de decisiones informada y eficaz, aportando insumos técnicos y operativos para la formulación y evaluación de políticas de cooperación e integración a través de la creación de una red, compuesta por investigadores de los diferentes países.
El tercer eje es el de apoyar una agenda pública regional, promoviendo un diálogo continuo y dinámico, mediante la organización de foros anuales de debate sobre la integración, seminarios y talleres que involucren a tomadores de decisión, expertos, la sociedad civil y, especialmente, a los jóvenes.
Las universidades públicas juegan un papel fundamental en la formulación y evaluación de políticas públicas. Como centros de producción de conocimiento, cuentan con académicos, académicas e investigadores que analizan problemas complejos y generan propuestas basadas en evidencia. Sin embargo, para que este conocimiento impacte en la toma de decisiones, se deben fortalecer los espacios de diálogo entre la academia y el mundo político. Movilizar el conocimiento de las aulas y llevarlo a los espacios de decisión es un desafío urgente en las democracias contemporáneas.
Por ello, el Programa SUR, al impulsar la participación de otras instituciones, universidades, organismos regionales y multilaterales, organizaciones sociales y empresariales de los países sudamericanos, es en sí mismo una iniciativa de integración técnica y académica, ya que trabaja en pos del fortalecimiento de la acción en red de diferentes actores de nuestra región.
Los temas que abordará SUR están alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se inspiran en el documento titulado “Hoja de Ruta para la Integración de América del Sur”, que regirá el Consenso de Brasilia, tales como cambio climático, transición energética, combate contra el crimen organizado transnacional, comercio e inversiones, conectividad digital, gestión de riesgos de desastres naturales, infraestructura (física y digital) y transporte, integración productiva, migración y salud.
Existen algunas redes que promueven la integración de las universidades en América Latina, como la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL) y la Red de Macrouniversidades de América Latina y el Caribe, las Universidades del Grupo de Montevideo AUGM, con quienes trabajamos, ya que la educación superior tiene un papel en la consolidación de una identidad latinoamericana y en la construcción de soluciones innovadoras para problemas estructurales. Integrar a las universidades permite una mayor circulación de ideas, experiencias y recursos, lo que mejora la calidad educativa y fomenta la colaboración entre países. Además, contribuye a fortalecer la autonomía de la región en el ámbito del conocimiento y reducir la dependencia de centros académicos de otras partes del mundo.
Desde la Universidad de Chile, hemos avanzado en la creación de programas de posgrado conjuntos, la homologación de títulos y el establecimiento de redes de investigación interdisciplinarias que puedan potenciar la capacidad de América Latina para generar conocimiento propio y relevante para su contexto.
Por todo lo anterior, agradezco a la CAF, ya que no es la primera vez que colaboramos. Ya lo hemos hecho junto con otras prestigiosas instituciones de la región, en el Programa Liderazgo para la Transformación 2.0, cuyo objetivo es contribuir al fortalecimiento de las competencias de líderes y lideresas sociales de América Latina y el Caribe.
Entendemos el programa SUR como una iniciativa de profunda raigambre social y también como un espacio intergeneracional. La Universidad es siempre, antes que todo, comunidad. Por ello, invitamos especialmente a los y las jóvenes a integrarse y a ser parte del proyecto. La Universidad es siempre su espacio.
Para finalizar, agradezco a tantos que han estado involucrados en pensar esta iniciativa y concretarla para llegar a este momento: la oficina de CAF Chile liderada por Julián Suárez, el Instituto de Estudios Internacionales bajo la dirección de la Profesora Dorotea López y la motivación e inspiración permanente de Pablo Gentili.
Esperamos que este sea el inicio de muchos años de cooperación, donde podamos contribuir al desarrollo inclusivo y sostenible de América Latina y el Caribe.
Y finalizo, volviendo a Feliú Cruz: Es el espíritu de América, sin limitaciones, el que aquí se ha fraguado para hacer del americanismo un sentimiento, primero, una doctrina después, un dogma, en seguida, una fuerza moral, social, cuyas raíces de convergencia fluyen del árbol todavía en flor, en lo que veis ahora, señores…
¡Muchas gracias!
Rosa Devés Alessandri
Rectora de la Universidad de Chile