Palabras Condecoración Amanda Labarca 2024 a Profesora Beatrice Ávalos

Es un honor dirigir a ustedes unas palabras finales en representación de la Universidad de Chile en esta solemne ceremonia, en la cual se ha distinguido a la Profesora Beatrice Ávalos con la Condecoración al Mérito Amanda Labarca, siendo presentada por la Profesora Leonor Varas, galardonada del año 2023.

Triple fiesta de la educación hoy en la Universidad de Chile, porque las tres protagonistas de esta historia, Beatrice Ávalos, Leonor Varas y Amanda Labarca, han sido educadoras desde sus distintos espacios.

A pesar de los múltiples reconocimientos que ya ha recibido Beatrice Ávalos, la Universidad de Chile estimó que debía reconocerla una vez más con la Condecoración Amanda Labarca. Es fundamentalmente una forma de agradecer y de visibilizar su aporte generoso a nuestra Universidad, al país y a la educación en general, porque como hemos escuchado –y lo visibiliza su premio Nacional– su aporte trasciende fronteras.

Leonor Varas ha descrito magistralmente a Beatrice y su obra,  y luego ella ha dado una vez más muestra de esa sabiduría humilde y contenida que todos admiramos, sabiduría recogida de muchos mundos distintos, de múltiples personas e instituciones que le deben tanto, y de recorrer la vida abriendo caminos con solidez, sin aspavientos de ninguna clase, sin deseos de figuración. Pero así, sin quererlo, o quizás por no quererlo, se eleva por sobre todas nosotras.

Una confidencia: no hace mucho cuando vacilaba sobre si participar en una actividad que era intelectualmente compleja, una académica amiga con afectuosa severidad, me dijo “tienes que participar y hacer como la Beatrice, que siempre está ahí, hasta en las más difíciles circunstancias”. Desde entonces, cuando alguna inseguridad o cansancio extremo arrecian, me acuerdo siempre de la estoica y generosa presencia de Beatrice Ávalos, quien sabe tan bien acompañar como educar.

La llegada de Beatrice a la Universidad de Chile en 2008, cuando recién nacía el Centro de Investigación Avanzada en Educación, fue un momento feliz, casi de gloria para nosotros. Su participación en el equipo del proyecto como responsable de la línea de desarrollo profesional docente, convertía a la primera piedra del CIAE en mármol puro. Habíamos logrado atraer a una estrella de la investigación en educación a esta gesta que tenía tanto de sueño como de faena, y sentimos entonces que este logro era señal de que todo sería posible hacia adelante.

Los y las integrantes de las comunidades necesitamos de ejemplos, y, por eso, es imprescindible visibilizar las figuras que nos inspiran y que con su trabajo académico y su vida han ido dando sustancia y legitimidad a nuestros valores. Amanda Labarca es una de ellas, como lo son Beatrice y Leonor, y las académicas que han sido reconocidas con esta condecoración.

Así hablaba doña Amanda el 12 de enero de 1956, cuando se alejaba de la Dirección del Departamento de Extensión y de las Escuelas de Temporada después de 20 años de servicio: “Una universidad que no esté atenta a los clamores de las nuevas necesidades, que no responda a los anhelos de superación de la colectividad que la sustenta, es apenas un infolio más en los anaqueles gloriosos y polvorientos del pasado. Sin tal obra de aproximación, sin tal entendimiento, las democracias vacilan, bambolean y en su ignorancia y simplicidad concluyen por esperar su salvación y progreso, no de las voluntades y energías mancomunadas de todos, sino del milagro, del hombre milagroso que por fiat lux ordene: hágase la ciencia, hágase la prosperidad, hágase la dicha …”.

Así hablaba ella siempre, de frente y apasionadamente, dejando en claro la responsabilidad de una tarea que supera a cualquier ser humano por talentoso o educado que sea.

En el mismo discurso de despedida, Amanda también dijo: “Si oteamos nuestras vidas desde lo alto de los siglos, qué diminutas aparecen y que breves y que sin trascendencia ¿Qué corazón va a latir más de prisa en cien, en cincuenta años más, por lo que hoy hemos gozado, sufrido y esperado?”.

Y aquí estamos recordándola y sumando a su obra las de otras grandes mujeres, para ser fieles a ese ideal de Amanda de transformar la sociedad a partir de “las voluntades y energías mancomunadas” de todos y todas.

Muchas gracias.

Rosa Devés Alessandri
Rectora de la Universidad de Chile

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