Palabras Entrega Medalla Rectoral al Profesor Dr. Reinhard Genzel
Es un gran honor representar a la Universidad de Chile en esta ceremonia, donde se otorga al Profesor Doctor Reinhard Genzel la Medalla Rectoral en reconocimiento a su extraordinaria contribución científica en el campo de la astrofísica, un homenaje desde esta tierra chilena, escenario privilegiado para la exploración y el estudio del universo.
La distinción "Medalla Rectoral" se concede a integrantes de la comunidad universitaria que hayan realizado acciones y servicios en favor de la Universidad, acrecentando el prestigio de la Universidad a nivel nacional o internacional, así como también a visitantes ilustres y personalidades importantes.
Los méritos y logros de la impresionante trayectoria del Profesor Genzel han sido expuestos con maestría –como es habitual en sus presentaciones– por la Profesora Mónica Rubio, evidenciando la enorme relevancia y trascendencia del trabajo realizado en los observatorios emplazados en nuestro país.
Este es un momento no solo para expresar con palabras cuánto valoramos que este nuevo conocimiento se genere en nuestro territorio, gracias a la colaboración de comunidades internacionales, sino también para asumir el compromiso de defender activamente las condiciones óptimas que permiten esta labor extraordinaria.
Este reconocimiento tiene como propósito principal distinguir la excepcional trayectoria del Profesor Genzel y expresar nuestra profunda gratitud por más de 25 años de amistad, durante los cuales ha inspirado el trabajo de generaciones de científicas y científicos chilenos. Pero, además, permite resaltar la importancia de la investigación astronómica y astrofísica para la humanidad. Hoy, tenemos la responsabilidad de cuidar y proteger los cielos de Chile en beneficio de esa causa.
En un breve intercambio que tuvimos con el Profesor Genzel durante la organización de este homenaje, él expresó lo que cito a continuación: “La exploración científica libre nos ha hecho humanos, a través de la curiosidad por explorar y comprender nuestro mundo. Si detenemos esa curiosidad al destinar los recursos únicamente a la innovación técnica de corto plazo, llegará un momento en que no tendremos personas capaces de impulsar las futuras innovaciones técnicas”.
En el fondo de esta defensa de la ciencia fundamental, impulsada por la curiosidad, yace un concepto que no podemos ignorar: nuestros actos siempre tienen consecuencias, y cuando estos afectan la creatividad y la imaginación, el impacto puede ser deshumanizante. En estos tiempos, en los que desde los centros de poder mundial observamos acciones que van precisamente en esa dirección, debemos recordar, una y otra vez, nuestro papel y responsabilidad de fortalecer, y no debilitar, nuestra esencia.
Por eso, estoy confiada de representar a la comunidad de la Universidad de Chile, especialmente a su comunidad astronómica, al decir no al Proyecto INNA en su emplazamiento actual en atención a que –como distintas instancias lo han expresado– éste provocaría impactos en múltiples niveles, incluyendo la contaminación lumínica, afectando el desarrollo de la astronomía mundial. Esperamos que nuestras autoridades nacionales así lo entiendan.
Este conflicto anticipa otros que, con seguridad, viviremos en el futuro, y ante los cuales la universidad deberá mantenerse atenta. Que no se malinterprete esto como una postura resistente al desarrollo. Al contrario, abogamos por la protección de los cielos de Chile, precisamente en razón de nuestra responsabilidad con el desarrollo.
Sabemos que uno de los grandes desafíos actuales es vivir en armonía con la naturaleza y, en este caso, ese diálogo entre la humanidad y la naturaleza se manifiesta de manera concreta en la protección de los cielos, para seguir buscando respuestas sobre nuestro origen y nuestro destino. Este esfuerzo por salvaguardar el cielo no es simplemente una cuestión técnica o científica, sino que también un acto de conciencia colectiva.
Gracias, Profesor Genzel, por ser un ejemplo y representante de esa humanidad capaz de grandes logros, así como de abordar lo desconocido desde la razón, siempre respetando lo que nos hace verdaderamente humanos.
Muchas gracias.
Rosa Devés Alessandri
Rectora de la Universidad de Chile