El último estudio técnico del Consejo de Evaluación de la Universidad de Chile, publicado en marzo de este año, reveló la persistencia de brechas de género respecto a los sueldos y cargos dentro de la casa de estudios. La principal conclusión del documento es que la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha mantenido durante casi una década a pesar de los esfuerzos por reducirla. Sin embargo, también destaca otros elementos.
Según se revela en la investigación disponible en este enlace, la presencia femenina en los cargos de poder sigue siendo muy inferior a la de los hombres. De hecho, a pesar de que la cantidad de mujeres en la casa de estudios aumentó en todos los niveles entre 2012 a 2021, ellas se concentran en los cargos de menor jerarquía, tanto en el estamento académico como en el de colaboración.
En la investigación liderada por la profesora Ana María Madrid, integrante titular y vicepresidenta del Consejo de Evaluación, se analizaron estadísticas de los años 2012 a 2021 con el objetivo de actualizar la misma investigación que fue publicada en 2014.
Aquí se revela que el estamento académico presenta una marcada predominancia masculina en las categorías superiores. En 2021, el porcentaje de mujeres en la categoría de Profesores Titulares era de solo el 23%, mientras que la presencia masculina alcanzaba el 77%. Este escenario contrasta con la jerarquía de Instructor, donde las mujeres representaban el 63%, lo cual indica una mayor proporción femenina en niveles iniciales de la carrera académica.
Este patrón se repite en el estamento de personal de colaboración, donde se observa una amplia representación femenina en los escalafones administrativos y técnicos, pero una baja presencia en cargos directivos. La mayoría de los puestos de alta responsabilidad dentro de esta área siguen siendo ocupados por hombres, lo cual impacta no solo en la brecha salarial, sino también en las oportunidades de liderazgo y de influencia institucional para las colaboradoras.
En la misma línea, el estudio identifica dentro de las causas de la disparidad factores estructurales, como la menor proporción de mujeres en ciertas disciplinas y la falta de incentivos para fomentar el liderazgo femenino en todos los ámbitos académicos y administrativos.
La presidenta del Consejo de Evaluación, Verónica Figueroa Huencho, destacó que “Este estudio constituye una evidencia de la necesidad de avanzar hacia enfoques interseccionales en los mecanismos de calificación y de jerarquización, pues muchas veces los propios procesos institucionales inciden en las oportunidades que tienen las mujeres de ascender en la carrera académica, pero también de optar a cargos de representación. La diversidad, especialmente en los espacios de toma de decisiones, será un factor estratégico en la competitividad de nuestra Universidad, y los organismos con competencia en estas materias debemos jugar un rol proactivo”.
El rol de la Dirección de Igualdad de Género
Dentro de los antecedentes, el estudio destaca la creación de la Dirección de Igualdad de Género (DIGEN). Un órgano creado en 2018, que realiza seguimiento a las políticas implementadas por la Universidad de Chile en la materia.
Consultada respecto al estudio, la directora de esta unidad, Carmen Andrade, destaca que la Universidad está implementando una serie de medidas para contrarrestar estas cifras. “La Universidad de Chile ha impulsado acciones concretas para enfrentar estas desigualdades. Por ejemplo, se han implementado concursos académicos exclusivos para mujeres en áreas donde están subrepresentadas, así como programas de mentoría y la extensión de plazos de jerarquización para quienes hacen uso de permisos pre y postnatal. Estas medidas buscan eliminar barreras estructurales y fomentar el desarrollo profesional femenino”.
Además, respecto a las brechas salariales, la directora señaló que “uno de los factores que las explican, además de que las mujeres acceden menos a niveles superiores de las jerarquías, tiene que ver con las asignaciones, y ahí lo que se está estimulando, por una parte, es un instructivo para orientar a las distintas facultades e institutos a que exista un equilibrio de género en los equipos que realizan investigaciones o servicios. Además, se espera que impacte la aplicación gradual del reglamento de remuneraciones, porque uno de los aspectos que regula tiene que ver justamente con las asignaciones”.
A pesar de los avances, el estudio deja en claro que aún queda mucho por hacer para alcanzar una verdadera equidad de género en la Universidad de Chile. Superar las barreras estructurales e impulsar el desarrollo de más mujeres hacia posiciones de liderazgo no solo fortalecerá a la institución, sino que también será un paso clave hacia una sociedad más justa e inclusiva.