Palabras Segunda Afinación Acústica Gran Sala Sinfónica Nacional

Muy buenos días.

Estamos felices de poder encontrarnos como comunidad en esta segunda jornada, durante la cual viviremos una experiencia única: acompañar a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en el ejercicio de afinación de su nueva Gran Sala, un espacio largamente esperado por todos y todas.

No se trata únicamente de un ejercicio técnico-musical, sino de ser partícipes y testigos del inicio de una relación íntima entre las y los músicos y este espacio. Una relación que, como todo vínculo genuino, se fortalecerá con el tiempo, dando lugar a un sonido cada vez más bello y profundo.

Por ello, no era trivial decidir con quiénes íbamos a compartir este momento, que además de ser un gesto de agradecimiento, debía reflejar fielmente la misión de la Universidad de Chile.

Excelencia y democracia debían estar presentes. Calidad, pero no exclusividad, porque la excelencia en una universidad pública solo puede alcanzarse si es accesible y resultado de la colaboración, siendo capaz de reunir en su seno a quienes, en otras instancias, con frecuencia nuestra sociedad separa.

Así, cada uno y cada una de ustedes ha sido convocado con un doble propósito: expresar nuestro agradecimiento y representar no solo a la institución, sino también a una ciudadanía a la cual nos debemos.

Están aquí nuestros y nuestras estudiantes; los profesores y profesoras; funcionarios y funcionarias que habitarán el Complejo VM20 y quienes asisten desde otras unidades académicas; los y las estudiantes de los liceos pertenecientes o vinculados a la Universidad de Chile; las y los trabajadores que construyeron la Sala y sus familias; los y las profesionales que proyectaron y dirigieron la construcción de las obras; los equipos que gestionaron los procesos que permitieron llevarla a cabo, y también muchos amantes de la música que han esperado conocer por largo tiempo este hermoso lugar.

Estoy cierta que ninguno de nosotros olvidará este día. No se trata solo de un ejercicio técnico por importante que éste sea, es para muchos de nosotros y nosotras testimonio de haber caminado juntos tras un sueño colectivo, con esfuerzo y voluntad inmensos. Tres rectorías y sus equipos han aportado a hacerlo realidad: los rectores Víctor Pérez y Ennio Vivaldi que nos antecedieron. Tres directores del CEAC: Ernesto Ottone, Diego Matte y Dominique Thomann. Infinitas gracias a ellos. Esta obra pertenece a toda la Universidad. Cada cual hizo su aporte, poniendo en pausa otros proyectos para privilegiar la construcción del Complejo VM20 o dedicando parte importante de su trabajo a volverla realidad. Aquí queda su huella, que es reflejo del compromiso de esta Universidad: servir a Chile.

Los días pasados han sido días de enorme tristeza por la partida de nuestro amado Maestro Rodolfo Saglimbeni. Una emoción que, inevitablemente, se entrelaza con la alegría que vivimos hoy, porque si alguien debió estar hoy día en esta Sala, llenando el espacio con su bondad y generosidad, es el Maestro Saglimbeni. Hemos llorado su ausencia, pero también –en medio del dolor– hemos recordado y escuchado sus palabras que nunca dejaron de ser esperanzadas.

En una hermosa grabación, el Maestro nos recordaba el testamento de Heiligenstadt de Beethoven, señalando su mensaje: “Adiós y no me olviden completamente cuando esté muerto; merezco que ustedes me recuerden, mi vida la he pasado pensando en cómo hacerlos felices, séanlo”. Así le recordaremos también a usted querido Maestro, sabiendo que nos guiará con su alma de educador en los tiempos que vienen.

Gracias a usted, gracias a nuestros maravillosos elencos, gracias a todos y todas.

Muchas gracias.

Rosa Devés Alessandri
Rectora de la Universidad de Chile

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