Discurso Ceremonia de Instalación Mesa FECH

Celebramos con profunda alegría este acto de instalación de la mesa directiva de la FECH que devuelve a la Universidad de Chile una federación de estudiantes activa lo que -estamos ciertos- también tendrá trascendencia para el país.

Se hace de esta manera honor a la historia de la Federación y de la Universidad, así como también a los procesos democráticos que han permitido su reactivación a través del Congreso FECH y la definición de los nuevos Estatutos. Son muchos los desafíos que enfrentamos en la actualidad para la educación superior y nuestra sociedad en general y la voz organizada de las y los estudiantes de la Universidad de Chile es imprescindible.

Felicitamos, y muy principalmente agradecemos, a la presidenta Catalina Lufin, al vicepresidente David Águila, a la secretaria general Valentina Rodríguez, a la secretaria de Bienestar Catalina González, al secretario de Participación Nahur Meléndez, al secretario de Comunicaciones Brayan Rice, y a la secretaria de Finanzas, Maite Veliz, por su liderazgo y la voluntad de dedicar trabajo a esta causa en beneficio de otras y otros. Extendemos también estas felicitaciones a las y los estudiantes que participaron del proceso electoral y a las funcionarias y funcionarios que contribuyen con su trabajo a las operaciones cotidianas de la Federación.

Hemos conocido su programa de trabajo y compartimos la importancia de involucrarse con más cercanía con “las problemáticas más inmediatas y cercanas de les estudiantes de la Universidad” frente a la tarea de ser únicamente “un canal de vocería nacional para las demandas estudiantiles”. Algo no muy distinto es lo que hemos procurado a nivel directivo de la Universidad: sin descuidar ni debilitar nuestro rol público, atender los problemas internos de nuestra comunidad, que tiene un rol tan trascendental en nuestro país.

Solo una comunidad sana, cohesionada donde los distintos integrantes encuentran un ambiente favorable a su desarrollo y están comprometidos a cuidarse mutuamente, podrá ejercer el rol de liderazgo que el país demanda.

Pero esto -claro- no se agota en el discurso, debemos profundizar nuestra formación en materias vinculadas a la convivencia y el bienestar mental, y generar las mejores condiciones para el encuentro y el diálogo plural y respetuoso. Las mejoras de infraestructura para el encuentro fueron prioridad en nuestro programa de gobierno y estamos trabajando en ello con sentido de responsabilidad, porque comprendemos la urgencia. En esto también coincidimos, como en la necesidad de reconocer y adaptar nuestra normativa a formatos más flexibles que permitan compatibilizar las nuevas condiciones de estudio de nuestros estudiantes, muchos de los cuales necesitan estudiar y trabajar en forma simultánea.

Al mismo tiempo, estamos buscando enriquecer la formación con programas más interdisciplinarios a través de nuevas certificaciones complementarias de Sustentabilidad e Innovación (para empezar el camino) y de estimular la movilidad estudiantil y la adecuación de trayectorias a lo que esperamos aporte la nueva certificación de Bachillerato para los primeros 120 créditos.

Es igualmente importante avanzar hacia una universidad más sustentable en todas sus dimensiones, porque no podemos reclamar aquello para el país, si no lo ejemplificamos en nuestra casa.

Nuestra misión pública y el sentido de pertenecer al país nos enorgullece, pero también nos exige compromiso con la diversidad y el pluralismo al interior de nuestra propia institución. Sabemos que la democracia se fortalece y se practica a través de un debate abierto y plural. Por ello en nuestra Universidad, debemos cultivar un diálogo respetuoso de las diferencias y propiciar relaciones basadas en la confianza mutua. La firmeza de un argumento jamás debe ser impedimento para el reconocimiento del otro en igual dignidad.

Igualmente, quiero destacar que el espacio para el aprendizaje y el crecimiento personal debe ser un espacio seguro permeado por el respeto a los derechos humanos. Ustedes, las nuevas generaciones, son esenciales para el desafío colectivo de poner los derechos humanos en el centro de la discusión pública, asumiendo un compromiso con la verdad, justicia y memoria, a la vez que planteando nuevos temas que deben ser mirados desde una perspectiva de derechos humanos.

Es importante que el compromiso con estos derechos no sea una cuestión del “otro”, sino un desafío personal. De esa manera, iremos reescribiendo un relato común a través de la experiencia educativa y comprendiendo que la violencia, la intolerancia o la discriminación pasadas pueden representar riesgos reales de que esas tragedias pasadas vuelvan a ocurrir.

La fuerza que reconocemos en cada uno y una de ustedes nos invita a seguir trabajando para que todos los talentos de nuestra comunidad puedan desarrollarse plenamente al interior de la Universidad. Esos múltiples talentos expresan a su vez diversas historias de vida, que apreciamos como un valor fundante de nuestra comunidad.

Sé que compartimos la preocupación por los grandes temas del país. Aspiramos a una nación más justa e igualitaria, más multicultural, y deseamos también que esa preocupación por la equidad se exprese en nuestra Universidad. Por ello, continuaremos trabajando para dar paso a una comprensión más profunda de los procesos formativos, avanzando hacia una pedagogía más inclusiva y dando una mayor atención a las circunstancias o contextos que actúan como barreras o facilitadores del aprendizaje. De esa manera, respetaremos el derecho a la educación y contribuiremos al fortalecimiento de la educación pública.

En esos propósitos nacionales e institucionales nos encontramos, y comprendemos que el horizonte compartido es construir en conjunto una mejor Universidad y un mejor país.

Les deseamos un exitoso trabajo y siempre contarán con nuestro apoyo.

Muchas gracias.

Rosa Devés Alessandri
Rectora de la Universidad de Chile

Compartir:
https://uchile.cl/u210172
Copiar