Saludo Instalación de Placa Casa Central

En representación de la Universidad de Chile, agradezco el reconocimiento del Instituto de Conmemoración Histórica de Chile a nuestra Universidad y nuestra Casa Central con sus 181 y 151 años de historia, respectivamente, como lugares de generación de conocimiento, de formación de muchas generaciones y de aporte al país.

Es especialmente significativo que este reconocimiento ocurra  en un año en que la Universidad ha hecho un ejercicio de memoria, proyectando hacia el futuro su rol en la formación para la ciudadanía.

También nos alegra realizar este acto en el marco de la Cuenta Anual del Senado Universitario, porque este organismo -de función normativa- acoge en su seno a representantes de los tres estamentos de la comunidad y la presencia de sus integrantes tiene un simbolismo que valoramos.

Nuestra Casa Central, emplazada en plena Alameda y apreciada como parte del centro cívico de Santiago, no es solo un edificio educacional; es sobre todo un testimonio de la fuerza del pensamiento asociado al Estado chileno. No es una referencia geográfica en la Región Metropolitana; es una referencia política para la nación, y si bien sabe de tiempos difíciles como aquellos de la universidad vigilada, se levanta como baluarte de la libre expresión de las ideas y el pluralismo.

En una época de tanta estridencia y polarización, la tranquilidad y la austeridad se vuelven conceptos esenciales para nuestra convivencia cívica y esta Casa, en su grandeza, es tranquila y es austera.

En este espacio se recuerda y rinde homenaje permanente a Andrés Bello (si bien él no la alcanzó a habitar), a Ignacio Domeyko, Eloísa Díaz, Amanda Labarca, Gabriela Mistral, los rectores visionarios Juvenal Hernández Jaque y Juan Gómez Millas, y también a los miembros de la comunidad cuyas vidas fueron arrebatadas por pensar distinto. Pero, sobre todo, se recuerda a los profesores, profesoras, estudiantes, y funcionarios y funcionarias, quienes han dado vida a esta institución a los largo de estos 181 años para enseñar,  aprender e intercambiar saberes.

En este lugar, se reúnen también estudiantes, profesores y ciudadanos, que interesados e interesadas por los asuntos públicos encuentran un espacio para la reflexión y el intercambio de ideas. Ese ejercicio intelectual, tan propio del quehacer universitario, nutre de sentido público a este edificio y es nuestra responsabilidad que sus puertas estén siempre abiertas para conectar a la Universidad con la sociedad a la cual sirve.

Muchas gracias.

Rosa Devés Alessandri
Rectora de la Universidad de Chile

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