Palabras Seminario Cierre Secretaría de Participación Ciudadana

Un gusto saludar este seminario académico, con el cual cerramos nueve meses de intenso trabajo, después de recibir el mandato constitucional de coordinar, junto a la Pontificia Universidad Católica de Chile, la participación de las y los ciudadanos en el proceso constitucional en curso.

Es el momento de agradecer la confianza depositada por el Congreso Nacional y, por cierto, por todas y todos quienes han contribuido al proceso al compartir sus visiones. También a la Comisión Experta y al Consejo Constitucional por su acogida en distintos momentos del proceso.

En el transcurso de estos meses, nos hemos esforzado por poner nuestras capacidades académicas y operativas a disposición para recoger y sistematizar las voces de la ciudadanía a lo largo de todo el país, a través de los 4 mecanismos implementados. Confiamos en que los anhelos y propuestas expresadas para la vida en común, por las 270 mil personas participantes, serán un insumo no solo para el proceso constitucional actual, sino también para nuestra democracia futura.

Las visiones recogidas se suman a las conversaciones que venimos escuchando desde el año 2016, donde un acuerdo recurrente y mayoritario es garantizar derechos sociales para una sociedad más justa. El horizonte compartido de muchas de las propuestas ciudadanas que hemos sistematizado es un mejor país para todos y todas.

Esa sensibilidad la pudimos percibir a lo largo de todo el territorio gracias al trabajo de las universidades acreditadas, que fueron fundamentales para articular diálogos con pertinencia cultural y territorial. También las organizaciones de la sociedad civil contribuyeron decididamente para que voces no siempre oídas fueran efectivamente escuchadas y atendidas. Esas voces serán un eco permanente para cualquier acuerdo futuro. A todos ellos y ellas, les agradecemos la confianza depositada en esta Secretaría y en las universidades chilenas.

Para honrar esa confianza, dispusimos de instancias de devolución a la sociedad de los resultados obtenidos, los que fueron analizados rigurosamente por equipos académicos interdisciplinarios. De hecho, ayer ha concluido una serie de encuentros en distintas regiones del país para exponer los hallazgos más significativos de este proceso: en Antofagasta, Valparaíso, Concepción y Temuco, la Secretaría ha dado cuenta transparentemente de su trabajo.

Con esta labor, las universidades hemos dado cuenta de nuestro rol en el modelamiento de la sociedad. Más allá de la producción de conocimiento, misión fundamental del quehacer académico, las universidades ocupamos simbólicamente un espacio en el imaginario de la población asociado a la construcción de lo común, donde las distintas posiciones valóricas y políticas de la sociedad tienen lugar para expresarse. También nuestras instituciones ejercitan permanentemente la búsqueda de soluciones a problemas complejos basadas en evidencia.

El compromiso con el pluralismo y la diversidad nos orientó durante estos nueve meses de labor. Nuestra función fue facilitar la discusión, sin conducciones fijas ni esquemas predeterminados, siempre en el entendido de que el objetivo no solo era producir insumos relevantes para el debate constitucional, sino también contribuir en un sentido más profundo al fortalecimiento de la democracia y de las instituciones que la hacen posible, sobre todo, en un contexto de altos niveles de desconfianza ciudadana.

Esta Secretaría, además, ha sido una clara muestra de la importancia de la colaboración entre distintas instituciones educacionales y de la República, y nos deja importantes lecciones para iniciativas similares en el futuro, que sin dudas se llevarán a cabo, pues la participación ciudadana no se agota con la redacción un nueva Constitución. Una ciudadanía permanentemente activa favorece la construcción de una democracia más robusta y significativa para las personas.

Así como hemos agradecido a todos y todas quienes participaron en los mecanismos de participación, también es necesario agradecer y reconocer a las comunidades de nuestras universidades, que asumieron este desafío con dedicación y responsabilidad.

Extiendo el agradecimiento también a quienes hoy nos acompañan, que representan a todas las instituciones y organizaciones que contribuyeron al exitoso desarrollo del proceso de participación, desde el Estado hasta la sociedad civil organizada. Y, finalmente, agradecemos a los panelistas que durante esta jornada problematizarán sobre los principales aspectos del debate constitucional actual.

La discusión política ha sido intensa y, muchas veces, controversial. Las universidades tenemos la misión de encauzar ese debate público por caminos de racionalidad, basada en la evidencia y en valores compartidos, asociados al fortalecimiento de la democracia, la justicia social y el reconocimiento de todos los grupos sociales. Esperamos que este seminario contribuya a ese propósito.

Muchas gracias.

Rosa Devés Alessandri
Rectora de la Universidad de Chile

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