Experiencia docente: Académico Ricardo Abarca - Diploma en Docencia Mediada por Tecnologías para Académicas/os 

II  2025 

La Unidad de Perfeccionamiento Docente (Uperdoc), perteneciente a la Unidad de Docencia del Departamento de Pregrado de la Universidad de Chile, ha implementado desde la semana del 7 de abril, el Diploma en Docencia Mediada por Tecnologías, en su segunda versión, como parte del plan de desarrollo docente del pregrado. 

El propósito de este diploma es diseñar situaciones de aprendizaje mediadas por tecnologías, con énfasis en el desarrollo de contenidos digitales y el uso de herramientas que promuevan la participación, la colaboración y la autonomía del estudiantado, en coherencia con los principios del modelo educativo institucional.  

Experiencias  

La retroalimentación y valoración que entregan los/as académicos/as participantes de cada una de las versiones es parte importante del proceso de enseñanza –aprendizaje de los programas gestionados a través de Uperdoc. En este contexto, el académico Ricardo Abarca, de la Facultad de Ciencias Sociales, comparte su testimonio sobre cómo estas instancias han impactado directamente en su labor docente. 

Según relata, su participación en los programas estuvo motivada principalmente por dos razones: mantenerse actualizado en un campo que evoluciona con rapidez, y experimentar el proceso formativo desde el rol del estudiante. “Este tipo de capacitaciones facilita el acceso a recursos actualizados y permite vivir en carne propia lo que enfrentan quienes aprenden en modalidad remota. Eso ayuda a comprender mejor sus dificultades y también a identificar prácticas efectivas que pueden mejorar la experiencia educativa”, comenta. 

El académico Ricardo Abarca sostiene que hoy en día el rol del profesor ha cambiado significativamente. Ya no se trata solo de dominar una materia, sino también de encontrar maneras efectivas y variadas de transmitirla, incorporando nuevas tecnologías y adaptándose a distintos contextos. “La educación actual exige al docente actuar como un mediador que integra múltiples formas de comunicación, colaboración y aprendizaje. El modelo tradicional de clase expositiva ya no es suficiente”. 

Desde su experiencia, identifica tres ámbitos principales en los que estas nuevas herramientas y enfoques se vuelven esenciales: la educación a distancia, la modalidad híbrida y la presencialidad. En relación con la enseñanza remota, señala que aún existen desafíos importantes, como la falta de participación visible —por ejemplo, las cámaras apagadas—, los cuales requieren estrategias específicas. En el caso de la educación híbrida, destaca la complejidad de atender simultáneamente a estudiantes presenciales y virtuales, asegurando una experiencia equitativa para ambos grupos. Y respecto a las clases presenciales, subraya cómo la tecnología —especialmente la inteligencia artificial— ya es parte integral del aula. 

“Cuando los estudiantes realizan trabajos o resuelven problemas, es fundamental guiarlos en el uso adecuado de herramientas como la inteligencia artificial. Más allá del contenido que se enseña, debemos generar una reflexión crítica sobre cómo y cuándo usar estas tecnologías en el proceso educativo”, señala. 

Para el académico, estos aprendizajes no solo responden a una necesidad de adaptación, sino que representan una forma de mantenerse conectado con los cambios que vive el entorno educativo. “Estamos ante una educación que nunca se detiene, que se transforma constantemente, y es nuestra responsabilidad como docentes seguir aprendiendo y adaptándonos a esos cambios”. 

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