Palabras Encuentro “Ministerial de Educación: Santiago 2024”

Les damos una muy cordial bienvenida a la Universidad de Chile a todas y todos, especialmente a las y los ministros de Educación y Finanzas de los distintos Estados, a las autoridades nacionales e internacionales que nos acompañan, a los y las integrantes de cada una de las 32 delegaciones participantes, y a los distinguidos invitados.

Es un honor recibirles en nuestra Casa Central en el marco de esta reunión orientada, entre otras materias, a proponer acciones para superar la crisis educativa de la postpandemia, que sabemos se ancla en desigualdades pre-existentes que fueron visibilizadas y profundizadas por la crisis sanitaria.

Nuestra Universidad -la primera universidad pública de Chile- creada en 1842 por el gran humanista venezolano Andrés Bello está marcada hasta nuestros días por ese espíritu americanista de su fundador y, por cierto, por el compromiso con una educación pública, laica y plural que garantice ese derecho. Por ello adherimos -con convicción- a los objetivos de este encuentro que busca configurar un marco regional para la reactivación y la recuperación de aprendizajes, generando condiciones de habilitación para la transformación educativa.

En el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado de 1973 en Chile, el año recién pasado, nos comprometimos con una educación fundada en los Derechos Humanos que nos permita conectar la dignidad del ser humano con las experiencias vitales de los individuos en las comunidades, de forma tal que el compromiso con estos derechos pueda irse transformando en un relato común, a través de la experiencia educativa. Es también por ello, que en los últimos años hemos puesto el acento en el compromiso con la equidad, la inclusión y la no discriminación, en la valoración de las diferencias y en la construcción de una comunidad cultural diversa que nos enseñe sobre el valor de la interdependencia, a la vez que nos convoque a una ética del cuidado, con reciprocidad y solidaridad.

Estos principios dialogan con aquellos que subyacen al importante informe “Reimaginar juntos nuestros futuros” de Unesco, que nos asiste como una exigente hoja de ruta en nuestros desafíos educacionales. Ese horizonte de fraternidad y justicia social implica, en la educación superior, producir conocimiento para cambiar la vida de las personas y contribuir a una sociedad más equitativa.

En la Universidad de Chile también creemos en el valor de la cooperación y en el abordaje interdisciplinario para la búsqueda de soluciones para los complejos problemas que enfrentamos en nuestra región. Es quizás un lugar común decirlo, pero al mismo tiempo encontrarnos se vuelve el mayor de los desafíos en una sociedad cada vez más polarizada.

Quienes educamos comprendemos que el futuro está en los jóvenes, y por ello celebramos la disposición a generar un espacio latinoamericano de movilidad e intercambio que incentive a nuestros jóvenes a desplazarse, conocerse y enriquecerse culturalmente, de manera preferente a través de un programa que tenga su foco en la equidad y la inclusión para priorizar la participación de quienes provienen de contextos donde la experiencia internacional ha estado por generaciones ausente.

Necesitamos diálogo para enfrentar la gran tarea educativa que tiene cada uno de nuestros países y esta reunión de seguro contribuirá a ese propósito. Como Universidad de Chile estaremos colocando todas nuestras capacidades a disposición para promover una mejor educación para todos y todas en América Latina y el Caribe.

Finalizo estas palabras recordando a nuestra Gabriela Mistral, quien con su poesía americanista, feminista e indigenista nos sigue marcando el camino y recordando que “la humanidad es todavía algo que hay que humanizar”.

Muchas gracias.

Rosa Devés Alessandri
Rectora de la Universidad de Chile

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