Palabras Firma Estatutos ITL

Es un honor representar a las universidades participantes desde fuera de la región de Antofagasta en esta ceremonia de firma de los estatutos del Instituto de Tecnologías Limpias (ITL). Se trata de una iniciativa profundamente anhelada por nuestras comunidades, ya que, como instituciones generadoras de conocimiento e innovación, compartimos el convencimiento de que podemos -y debemos- contribuir de manera colaborativa al desarrollo sustentable del país.

Nos enorgullece ser parte de este compromiso multi-sectorial e interdisciplinario; una alianza única de 11 universidades nacionales en colaboración activa con Alta Ley, la Asociación de Industriales de Antofagasta, centros internacionales y empresas de distintos sectores productivos y cadenas de valor.

La orientación del consorcio hacia las áreas estratégicas de energía solar, minería de bajas emisiones, hidrógeno verde y otros minerales será un aporte crucial en la generación de valor a nivel local y nacional, promoviendo la competitividad en las industrias de energía y minería y, junto con ello, el desarrollo social.

Se ha dicho que ésta es probablemente la apuesta política más relevante después de la creación de Endesa en 1943, que tuvo la misión de electrificar e interconectar las redes eléctricas de nuestro país, y donde nuestra Universidad de Chile tuvo un rol muy protagónico como articuladora de distintas capacidades. Es esa misma voluntad la que nos anima y compromete ahora, para impulsar un modelo de desarrollo sostenible de la minería, entrelazando las cadenas de valor del ámbito de la minería verde, solar, hidrógeno y el tratamiento de aguas, y así avanzar a un hiper-sector integrado y sostenible.  Gracias a las condiciones únicas de la región de Antofagasta, será posible crear una nueva industria con efectos transformadores sobre la estructura productiva y la calidad de vida del norte de Chile, convirtiendo a nuestro país en un proveedor de clase mundial de minerales sostenibles.

Reconociendo el rol estratégico de la transición energética, el ITL promoverá innovaciones en conexión y respeto con las comunidades locales, asumiendo la complejidad y la relevancia de esta iniciativa, que será abordada desde una perspectiva multidimensional, interdisciplinaria y vanguardista, con cuidado del entorno natural y social.

Estamos conscientes de que los avances tecnológicos deben dialogar armónicamente con los territorios donde se insertan, pues sin las personas y comunidades no es posible diseñar un futuro compartido y sustentable. Cada cultura, historia o saber tiene que ser apreciado como un agente que potencia y legitima las intervenciones económicas, ya que el desarrollo material de una nación debe ir acompañado del resguardo de sus bienes inmateriales y acervos intelectuales, tal como lo concebimos las universidades. De esta manera, asumimos el compromiso con la sustentabilidad desde una mirada amplia y donde convergen lo económico, lo medioambiental, lo social y lo político.

Hoy, celebramos la suscripción de este acuerdo, entre otras razones, por la posibilidad de materializar un proyecto que reúne las capacidades de las universidades chilenas de excelencia y de la industria nacional, en sinergia con instituciones colaboradoras extranjeras de primer nivel. Este megaproyecto es también una esperanza para una fortalecida relación que se beneficie de la interacción de nuestras capacidades.

Así, las Universidades nos sumaremos con entusiasmo, contribuyendo a esta nueva institucionalidad con proyectos que trasciendan las fronteras disciplinares y enfaticen la asociatividad, al reunir a  diversas instituciones y expertos que no provienen solo de las ingenierías, sino también de las ciencias sociales y naturales. Estas propuestas incorporan como principios esenciales la atención a las relaciones comunitarias, el enfoque en stakeholders, el respeto ecológico, la adaptación climática, el uso sostenible del suelo y el fortalecimiento de las economías locales.

Honraremos la confianza en este proyecto, poniendo nuestras capacidades al servicio del país y asumiendo la responsabilidad de construir colectivamente, a través de diálogos y acuerdos, las condiciones que habiliten el progreso de nuestra nación de manera justa y equitativa. Ese propósito anima el camino que hoy abre el ITL, y su esperado impacto transformador en línea con los desafíos de la transición energética justa de Chile y el mundo.

Muchas gracias.

Rosa Devés Alessandri
Rectora de la Universidad de Chile

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